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Maestros húngaros de la fotografía. Brassaï, Capa, Kertész, Moholy-Nagy, Munkácsi


Por primera vez en España, Ibercaja reúne para una Exposición en el Patio de la Infanta la obra de cinco figuras clave en la historia mundial de la fotografía: Robert Capa, André Kertész, Brassaï, Martin Munkácsi y László Moholy-Nagy, retratando la Europa de la primera mitad del siglo XX, en 74 imágenes excepcionales que nos muestran la evolución de un arte esencial que revolucionó la comunicación del siglo XX, como es la Fotografía.

Entre las dos guerras mundiales, varios fotógrafos nacidos en Hungría hicieron contribuciones fundamentales al desarrollo de la fotografía universal. Robert Capa, László Moholy-Nagy, Martin Munkácsi, Brassaï y André Kertész eran contemporáneos, y cada uno experimentó los acontecimientos y los cambios  fundamentales del siglo XX con una visión única y diferenciada.
La exposición sigue el desarrollo personal y profesional de los cinco artistas mediante la presentación cronológica de los acontecimientos que vivieron, a través de imágenes realizadas entre 1917 y los años setenta, representativas de su legado histórico, conectadas a veces en el tiempo, a veces en el espacio, y que se muestran ante nuestros ojos como ventanas abiertas a la memoria de la Europa del siglo XX.

Robert Capa (Endre Ernö Friedmann), nació en la ciudad de Budapest, en el seno de una familia judía con buen pasar económico. Su madre era una diseñadora de moda y su padre un pensador intelectual con influencias aristocráticas. Condenado en su adolescencia a vivir vagando por la ciudad por la instauración del taller de sus padres en la casa, después de que éstos perdieran el local a raíz de la depresión económica de 1929. En estas andanzas conocería a una de las mujeres que más influyó en su vida, y se puede decir que, si no hubiera sido por ella no habría llegado a ser un gran fotógrafo. El nombre de esa mujer era Eva Besnyo, quien desde muy joven tuvo un gran interés por la fotografía. Endré era muy solicitado por sus amigos, ya que se caracterizaba por ser un joven generoso y leal. Ya hacia sus florecientes diecisiete años y esperando terminar su vida escolar, Endré conoce a una de esas personas que moldearían su vida, uno de esos buenos amigos que emprendían sus senderos, con excelentes consejos, apoyo económico oportuno, conexiones apropiadas, sugerencias artísticas y concepciones acerca de la vida. Este ilustre personaje se llamaba Lajos Kassák, quien, con tendencias socialistas, se decidió a ayudar a cualquier artista con corrientes constructivistas.

En 1929 la situación política iba de mal en peor con la imposición de un gobierno fascista en Hungría, lo que obligó al joven Endré a salir del país junto a la gran masa de jóvenes que se sentían presionados por la falta de un gobierno democrático y garantías económicas. A los 18 años abandona Hungría y tras su paso por Alemania, viaja a Paris, donde conoce al fotógrafo David Seymour quien le consigue un trabajo como reportero gráfico en la revista Regards para cubrir las movilizaciones del Frente Popular. Entre 1932 y 1936, tratando de escapar del nazismo, viviendo en Francia, donde conoce a la fotógrafa alemana Gerda Taro (nacida Gerda Pohorylle) que acabaría siendo su novia. Para tratar de aumentar la cotización de los trabajos de la pareja a menudo rechazados, se inventan el nombre de un supuesto fotógrafo norteamericano Robert Capa, utilizado ambos indistintamente dicho seudónimo. Este hecho constituye la base de la polémica sobre quién de los dos tomó en realidad algunas de sus fotografías más relevantes.

Al estallar la Guerra Civil Española en julio de 1936, Capa se traslada a España con su novia para cubrir los principales acontecimientos de la contienda española. Implicado en la lucha antifascista y con la causa de la República, estuvo presente, desde ese lado, en los principales frentes de combate, desde los inicios en el frente de Madrid hasta la retirada final en Cataluña. Siempre en primera línea, es mundialmente famosa su fotografía Muerte de un Miliciano, tomada en Cerro Muriano, en el frente de Córdoba.

Capa cubrió también diferentes episodios de la invasión japonesa de China, ya en los prolegómenos de la II Guerra Mundial. Está presente en los principales escenarios bélicos de Europa viaja por Italia, Londres y Norte de África. Del desembarco aliado en Normandía, el 6 de Junio de 1944, el famoso día D, son clásicas sus fotografías tomadas, junto a los soldados que desembarcaban en la propia playa denominada Omaha en la terminología de la operación. Plasmó asimismo en imágenes la liberación de París.

En 1954, encontrándose en Japón visitando a unos amigos de antes de la guerra, fue llamado por la revista Life para reemplazar a otro fotógrafo en Vietnam, durante la Primera Guerra de Indochina. En la madrugada del 25 de Mayo, mientras acompañaba a una expedición del ejército francés por una espesa zona boscosa, pisó inadvertidamente una mina y murió, siendo el primer corresponsal americano muerto en esta guerra y terminando así una azarosa vida profesional, guiada por una frase que popularizó: Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente.

+ info: ibercaja

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